Mi revelación en la zarza

Un día mientras pastoreaba el rebaño de mi suegro Jetró; llegé hasta Horeb la montaña de Dios. Allí se me apareció un ángel, Yahvé,  (fué algo increible, algo que no olvidaré en mi vida), en medio de una zarza, ví que la zarza ardía pero no se consumía.
      -Dije: Voy ha acercarme a la zarza porque no se consume.
      -Yahvé me respondió: ¡Moisés, Moisés!.
      -Le dije: Heme aquí,
      -Y me respondió: No te acerques aquí; quitate las sandalias de tus pies, porque el lugar sagrado que pisas es suelo sagrado, yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahám, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.

Yo no sabía que hacer, me cubrí mi rostro porque tenía miedo de ver a Dios; en esta situación fué unos de mis peores y a la vez mejores momentos porque si lo piensas bien era el mismo Dios quien me hablaba, algo especial. Piénsalo...


                                            



Después Él me dijo:
              -He bajado para librarlo de la mano de los egipcios y para subirlo de esta tierra a una tierra
               buena y espaciosa.
Y yo le respondí: ¿ Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los Israelitas?
Me contestó: Yo estaré contigo y ésta será la señal de que yo te envío.

Y con su fuerza y mis ganas; ya que al principio me veía un poco impotente ante los Egipcios, lo híce y salímos de la esclavitud de Egipto.

    

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